Murió
José Pablo Feinmann
¿Qué se puede hacer?

¿Qué se puede hacer? Así se titula una de las últimas notas que José Pablo Feinmann firmó antes de su muerte. Creemos que atreverse a responder esa pregunta, el hecho de ponerla como titular, como primera cuestión frente a la realidad del país, es una buena imagen del compromiso con el que vivió y pensó.

Murió quizás el mejor ensayista argentino y tenemos la suerte de que haya escrito sobre temas centrales para cualquiera que tenga en su deseo luchar y construir por y para los intereses de nuestro pueblo. Por dar algunos ejemplos, comenzaremos diciendo que reflexionó sobre la violencia política en un libro que extrae lecciones de la historia mundial y argentina: La sangre derramada. Ensayo sobre la violencia política. Allí trata de dar respuesta a interrogantes que parten del hecho de que vivimos en un orden social que genera violencia e injusticia (muerte, hambre, exclusión, etc.): "¿Cómo luchar contra ese orden? ¿Cómo impugnarlo? ¿Con la violencia? ¿Oponiendo una violencia justa a una violencia injusta?".

Escribió también sobre los dos grandes movimientos articuladores de la historia reciente de nuestro país: el neoliberalismo y el peronismo. En su Crítica del neoliberalismo anticipó diez años antes cada paso importante que dió el macrismo una vez que fue gobierno, ese repetirse de la historia debería alertarnos hoy sobre las ideas "libertarias" que vuelven a presentarse como "nuevas". Por otro lado, el peronismo es uno de los temas a los que más páginas ha dedicado y lo ha hecho sin temor a hablar de sus contradicciones y del rol que él mismo ocupó como peronista de izquierda. Ahí está el libro que escribió de joven en los 70, El peronismo y la primacía de la política, sosteniendo que el peronismo podía realizar un socialismo nacional; están los dos enormes tomos, con mayor perspectiva histórica, de Peronismo. Filosofía política de una persistencia argentina; e incluso un libro en el que expone su relación con Néstor Kirchner a poco tiempo de su muerte allá por 2011, y que muestra una cara íntima de su gestión y su pensamiento hasta entonces desconocida. Se titula El Flaco. Diálogos irreverentes con Néstor Kirchner.

Para terminar con este breve recorrido por algunos de sus ensayos, tenemos que decir que Feinmann siempre fue un intelectual comprometido con los derechos humanos, y que a ésto le dedicó su último libro, Filosofía y derechos humanos, publicado en 2019. En él declara:

"En estos tiempos, en los que parece que la historia se ha enamorado de la derecha, en los que el fascismo vuelve a asomar su rostro en el continente, es cuando más debemos luchar por la vigencia de los derechos humanos, derechos insoslayables".

Volvamos a la pregunta que Feinmann puso en primer plano apenas unos meses de su muerte: ¿Qué se puede hacer? Escuchemos (leamos en voz alta) lo que contestó:

"La política es un duro juego de intereses contrapuestos. El más efectivo es el que mejor dinamiza la iniciativa política. Hay que mostrarles firmeza a los formadores de precios. Precios para el pueblo. Precios para que los hambreados se alimenten bien. Que los buenos y sanos productos de nuestro campo se distribuyan para alegría del pueblo trabajador. Este país no puede permitirse el hambre de los de abajo. Sobre todo si lo que les falta es lo que les sobra a los de arriba. Y así será –no lo duden- lo que nos espera con los que ya saborean una victoria en noviembre. ¿Quiere darle un sentido a su vida? Haga todo lo que pueda para impedir ese horizonte sombrío".

Sirvan como homenaje para José Pablo las palabras con las que él despidió a su amigo Horacio, y sirvan también como enseñanza: "La vida no fue justa con vos ni con nuestra generación, la que Kirchner definió como 'diezmada'. Casi ninguno o ninguno de nuestro sueños se cumplió, pero siempre seguiste empujando la historia".