Una estampita con mi cara

Lara Flores Catino

Ilustración: Alexander Rivadeneira

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Las manos de Filippi

Crucifixión

Me erotiza Jesucristo
desde que tengo memoria
se parece a papá de joven
voy a decirle
hay una máquina
alargando su columna
vertebral
adentro mío
y me abre
me abre
los brazos
dos anclas paralelas en algún
pueblito sin mar
anterior
a todo
lo que tiembla


Paseo comercial

Los únicos santos
que permitimos en esta casa
son Cayetano y Expedito
desocupación y urgencia
sufrimos siempre
aunque tengamos patio
living comedor
y una palmera parasitada
por una enredadera mutante

¿qué harías
si ganaras un sorteo
en la feria del puerto en el quiosco
que vende
lobos marinos que cambian de color
y ese cuadro de Jesús que te mira
aunque te muevas
si ganaras un sorteo de ese quiosco
y te dieran a elegir
entre dos estampitas
el sagrado corazón
o dios mismo
iluminado?


Dulce mamita

en la escuela me enseñaron
que el manto de la virgen
es como el abrazo de mamá
a veces alumbra
a veces no
a veces alumbra
a veces no
y nosotrxs no podemos decir
no quiero
una luz intermitente
ni explicar
que le tenemos miedo a la oscuridad
aunque sea de a ratos
igual me hace arder los ojos
como arde todo
lo que otrx quema
sin preguntar
ni pedir permiso


Azucena

no le cuentes que te dije
creo que estoy enamorada
tiene el pelito de oro
parece un ángel
mañana temprano
cuando ella llegue
voy a apurarme
para encontrar
un lugar atracito de ella
te acordás que le pedí
a mamá
las tijeras verdes
para cortar flores
en realidad son
para cortarle
un mechoncito a la Azucena
le hice un sobre
para guardarlo
con mis manos
le hice el sobre y escribí:
mechoncito de miamor
Azucena

tengo pensado
hacer un pozo
donde pueda guardar
el pelito la lapicera
que le robé la otra vez
también su foto
la recorté de la grupal
es tan lindo
cómo me mira
en esa foto
voy a poner
todo junto
en la tierra
es un ritual
a la diosa grandísima
Azucena
compañera de pasos salticadores miamor miadorada
voy a hacer un altar al lado
del limonero así
me doy cuenta
dónde tengo que cavar
cuando la extrañe
voy a guardarme
un poco de la tierra
en la bombacha
a ver si crece
una flor
con su cara
si riego bien
y si le hablo
hola Azucena
crecé
que yo te cuido


Ángel

es fácil hablar del cielo
cuando no creés en nada

creo en mi abuelo aunque se haya
olvidado de mi nombre
creo en mi abuelo aunque se haya
olvidado de mis ojos
creo en mi abuelo aunque se haya
olvidado de mi nombre
creo en mi abuelo aunque se haya
olvidado de mis ojos
creo en mi abuelo aunque se haya
olvidado de mi nombre
creo en mi abuelo aunque se haya
olvidado de mis ojos
creo en mi abuelo aunque se haya
olvidado de mí
olvidado de mí
olvidado de mí


Veinticinco

Menstrúo el día de mi cumpleaños veinticinco
la abuela se está muriendo
en la pieza de abajo
la sangre tiene un olor diferente
el inicio no está
marcado por el óxido
las piernas me empujan
más rápido de lo normal
hasta su cama
apenas se mueve pero dice
quiero ser una jesusa protagonista
del vía crucis más lujoso
del valle
quiero que me sequen la cara
las manos de papá
el domador
en mi sudario los ojos
rasgados los pómulos
incas
son nuestros
desde antes de nacer
el perro se acerca a la puerta a mear
dibuja con precisión el territorio
amuralla todo lo que hay dentro
los bebés en las fotos
y sus devenires
las pastillas los rosarios
la torta recién comida
los confites y la baba
el cuerpo de la abuela sirena
que se encoge
diminuta
desaparece


Patrono

soñé con vos
comíamos pizza en una calle cortada
en el horario justo
en que la gente
corcovea en el asfalto
todo un mar de estudiantes se excita
tienen hambre y ganas de perderse
se lanzan al agua barrosa
un bautismo popular

las explosiones siguen
el compás de lo que cae

algún santo es celebrado
en la gruta

de entrar al agua
no recuerdo más que el ruido
los pájaros quisieron
enseñar su lenguaje
yo también quise comunicarme
decir: mamá
cada vez que me nombrás
se cae un puente

no puedo caminar en la marea
ni correr hasta tu casa
tengo
las piernas
amputadas
se entumencen
les chorrea
un poco de agua
se forma una laguna
que bautizo
lagunita en la que quiero que te mojes

pero nadie viene
corriendo hasta acá
ninguna pierna transpira por mí
no hay flora
ni fauna creándose
nadie piensa un paisaje
para que sea mi hábitat
una tierra sagrada
en la que decirnos cosas


La cima

En una playa juntamos
todos los espejos
de las casas que tuvimos

pedacitos de pan en forma
de ladrillo a la vista
hacen de la arena
una pared para ser trepada

tiene las manos eléctricas
arrugadas de reptil
respirando agua sucia
en la cabeza
la primera bombacha
ensangrentada como corona

la virgen
puede leerte la mente
te ve dando un salto
mortal
en la cima del aire
cabalgando un delirio
de amores
que anotás
en una agenda
uno a uno
todos los cuerpos
que tocaste
para estar
más tranquila


Tótem

Todas las pijas
de mi vida
aprendiendo
a gatear
niñas exhaustas
acurrucadas en la orilla
allá
del otro lado
de la escollera
anuncian la vuelta a casa
como un hilo
desplegado en el aire
un punto de fuga
un aleteo
el brazo
del nadador foráneo
salvándose


Peregrina

No es tan fácil
apuntar directo
al corazón incendiado
sin cerrar los ojos
se arquea
la cadera como cobra
cobra vida
el cielo repleto
de metales
debe haber una iglesia
tras el monte
las mujeres caminan
detrás de las otras
las piernas
las tetas
los bastones
empujan la tierra
los animales
huelen la sal
de la entrepierna
se acercan a chupar
lo que queda
en el camino


Una estampita con mi cara

cristo está
fosforescente
demacrado
genital
se mutila
se oxigena
se compacta
es sexo
casual
repetitivo
una palangana
vacía
un souvenir
trucho
los restos
del menemismo
cristo está
en la palabra
gracias
por favor
no quiero
las visitas al médico
los hombres
que se jactan
de lo que crece
entre las piernas
cristo es
de mentira
está pegado
en un vidrio
está en el choque
en el latex
usado
en el agua
que le entra
a todo
lo que se seca
al sol
cristo está
diciendo
que me quiere
tiene la boca
dormida
de anestesia
la mueve
un poquito
pero escupe
hay una selva
arriba suyo
la recorro
con los pies
hace días
en cada árbol
una multitud
organiza
la construcción
de una rampa
y se tiran
todos los cuerpos
desnudos
se astillan
se mojan
se sangran
piden
una tregua
me miran
asfixiantes
y le rezo
a una estampita
con mi cara


Oración para poner en la estampita con mi cara

Creo en el aire
expulsado fuera de sí
creo en prender un fósforo
y luego otro
antes
de que el primero se consuma
creo en taladrar una pared
cada partícula
de polvo adherida
a un cuerpo nuevo
creo en la ruta
en el auto que transpira
en los tigres
que flotan al lado nuestro
avanzan
haciendo ruido
de campanas
creo en un ritmo
conocido
al ras de la nieve
en las ganas de morirse
de la gente que amo
en las mujeres de mi vida
protagonizan el mejor
espectáculo de la cuadra
creo en las pijas de los hombres que quise
hasta el delirio
en el ruido
de todo
lo que se rompe


Leyenda para poner arriba mío en la estampita con mi cara

santa esfingeazulejo
princesa del altiplano
patrona de las jesusas del valle
alumbrada intermitentemente
por María aunque le dé
miedo la oscuridad


Lara Flores Catino

Nació en 1996 en Mar del Plata. Tuvo una infancia feliz en una casa cerca del bosque. Fue camarera, artesana y pastelera vegana. Actualmente, cursa el Profesorado y la Licenciatura en Letras en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Es editora en Fortuna Ediciones y en julio del 2020 publicó "Cuanto tarda un cuerpo en caerse?", zine adelanto de un poemario homónimo que forma parte de un proyecto poético-visual de recuperación e intervención de su archivo familiar. Cree en la fantasía y le seduce la idea de un Jesús revolucionario.

Ig: esfingeazulejo

Facebook: Lara Flores